Russell gana en el Harakiri de Verstappen y Norris en Austria con podio de Sainz

George Russell ganó la carrera más loca de los últimos tiempos en el Gran Premio de Austria de Fórmula 1. El inglés no lo esperaba, pero un choque entre Max Verstappen y Lando Norris en la vuelta 64 tras un duelo inolvidable le dejó solo ante la gloria, y este no lo desperdició. El de McLaren lo tenía todo para ganar por segunda vez este Mundial, pero una mala maniobra del holandés le privó de un triunfo que cayó en manos de su compatriota.

Oscar Piastri y Carlos Sainz completaron el podio menos esperado de la temporada, del que se bajaron Verstappen, que cayó hasta la quinta posición, y Norris, que abandonó cuando se venía ganador. Fernando Alonso hizo lo que pudo, pero un choque con Guanyu Zhou le condenó y añadió más leña al fuego de su Aston Martin hundido, con el que quedó decimoséptimo. Russell ya se acercó a la victoria en la salida España y un fin de semana después consiguió llevarse todo el botín.

Como a la vieja usanza, Verstappen no tuvo rival en la salida y comenzó a escaparse sin mayores dificultades como había tenido en las últimas pruebas. Lo sucedido en el sprint con los dos coches papaya intentando arrinconarle fue un simple espejismo que este domingo solucionó por la vía rápida, negándole a ambos el DRS desde la segunda vuelta. Se las prometía muy felices, hasta que en las últimas vueltas su Red Bull empezó a fallar. Eso desencadenó en el duelo con Norris y posteriormente en el batacazo de ambos.

Más movimiento hubo tras su estela, con Sainz sufriendo con el Ferrari y con un adelantamiento ilegal de Hamilton por fuera de la pista que le costó una sanción de cinco segundos, además devolverle la posición al español, que supo defenderse con uñas y dientes para poner tierra de por medio. Su carrera no tuvo ni una pega y gracias a ello se le abrió la oportunidad de firmar su quinto podio de 2024.

Verstappen y Norris le entregan la victoria a Russell

Peor lo pasó su compañero, Charles Leclerc, que se chocó con Piastri, perdió dos posiciones y tuvo que pasar por el garaje para reparar los daños. Entró el monegasco una segunda vez en la vuelta 18 y cuando parecía que abandonaría continuó en pista. Acabó alejado de los puntos con un undécimo puesto con el que ve peligrar su tercera plaza en la tabla.

Ninguno de esos problemas comparables con los de Alonso, que si ya en el sprint y en la clasificación sufrió, este domingo se le acumuló toda la mala suerte posible de golpe. A su mala salida, se sumó un choque con Zhou que le costó una sanción de 10 segundos, casi nada. Su carrera estaba arruinada y además su ritmo no le daba para más que merodear por las posiciones más atrasadas.

Pero entre distintas investigaciones el guion giró y Verstappen comenzó a tener dificultades con sus neumáticos. La parada del holandés fue eterna y McLaren aprovechó para hacer lo propio con Norris y Piastri. Nervioso como él solo y enfadado con su equipo, obró el milagro para evitar salirse a la grava tras un bloqueo de una de sus ruedas en la vuelta a pista.

A Norris se le abrieron las puertas del cielo y de la victoria y encima venía marcando la vuelta rápida. De las ganas que tenía le adelantó de mala manera y le tuvo que volver a dejar pasar a 11 vueltas del final. El duelo estaba siendo espectacular, de los que se nos habían olvidado con el dominio de Red Bull. Y tuvo un final de los que también se habían perdido, con ambos pilotos chocándose y quedándose sin ninguna opción de ganar. Russell, que salió y se mantuvo tercero, se benefició y sacó una sonrisa tonta a Toto Wolff, llevando a Mercedes a la victoria casi dos años después.